lunes, 16 de febrero de 2009

La falta de deseo en la mujer




Hoy que los hombres cuentan con productos para mejorar su actividad sexual, la disfunción sexual femenina resulta un tema importante. En ellos el problema más común es la falta de erección. En ellas la falta de deseo, lo cual afecta hasta en un 40% de mujeres, excluyéndolas de la posibilidad de disfrutar del sexo.

El tipo de educación que recibe la mujer en nuestro país hace que idealice la sexualidad. Así, la falta de deseo generalmente es por causas educativas y sicológicas. En algunos casos puede ser consecuencia de medicamentos antidepresivos o cuando durante el parto o algunas cirugías, se lastiman los nervios que conducen el estímulo hacia la parte vaginal. La represión sexual, la violencia en casa o el abuso del padre, igualmente puede producir falta de deseo por el sexo y hasta rechazo a una relación de pareja. La menopausia también influye en un menor deseo sexual.

Para las mujeres que sufren de este problema existen desde pastillas motivadoras del deseo, hormonas, dispositivos, vibradores, lubricantes, pero lo más importante es una consejería de pareja. Mujeres y hombres tienen que comprender que su rol fundamental de ellas no es sólo ser madre y criar hijos, sino también vivir más y mejor, permanecer atractivas y mejorar su autoestima personal.

martes, 3 de febrero de 2009

Andropausia: la “menopausia” del hombre


Andropausia es una denominación que se usa de manera inapropiada para calificar el envejecimiento masculino o la deficiencia de andrógenos (testosterona) en el adulto mayor, el cual implica una serie de cambios progresivos que se diferencian de la menopausia de la mujer en que en ella se da la disminución brusca de los estrógenos y el término de la menstruación.

En realidad, la andropausia se llama Deficiencia de Andrógeno del Adulto Mayor cuyo síntoma más importante es el “cambio”: el hombre cambia de actitud, gana peso, pierde masa muscular, se vuelve más irritable y no concilia el sueño. Su deseo sexual se hace menos frecuente, su erección menos consistente, el volumen de semen disminuye, igual que su masa muscular. Comienza a comer dulces, tiene miedo, se abriga más.

Estos cambios empiezan a aparecer en el varón pasado los 40 años dependiendo de los estilos de vida y genes de la persona. Si bien se convierten en motivo de preocupación, son un proceso natural que debemos entender. En algunos casos, el hombre requerirá suplementos de testosterona con parches, cremas, o inyecciones, pero lo más importante es que comprenda el momento que está viviendo.

Debemos tener cultura de prevención, tomar antioxidantes, hacer actividad física, dormir adecuadamente. Si llevamos una vida saludable, ese proceso será a largo plazo. Tenemos que reconocer que aunque vivamos en una gran ciudad, debemos de poner en agenda prioritaria un estilo de vida saludable.